Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de enero, 2016

Venas viernes

Por fin es viernes, después de una semana frenética. Y cruzo la Diagonal, antes de que las señales horarias de la radio marquen las ocho. Escucho uno de esos programas buenrollistas innecesarios que pretenden lograr una carcajada entre los madrugadores. Estrategia carroñera empresarial, seguro. Pero, de repente, suena Pablo Alborán. ¡No pega nada! Mientras sorteo con prisas la avenida estoy a punto, allí mismo, de cortarme las venas. ¡Qué tío más depresivo! ¿Es necesario joder así la mañana? 

Cambio de objetivo

Decían que ayer era el día más triste del año. Según esta gilipollez, ¿no tendremos días peores en lo mucho que resta de 2016? Tras una mañana soporífera, me activé en un taller sobre cambio laboral. Más que nada, por el café compartido con un trabajador social recién titulado proveniente del mundo de la moda. En mi caso, el interés profesional por el ámbito social (según el correspondiente test) sufre un recorte del 50% respecto a mi última búsqueda titánica de trabajo, allá por 2012. Pero, ¿no se desvirtuó el objetivo? 

Sea lo que sea...

Fueron intensos los primeros 15 días de 2015. De hecho, hay un post de aquella época que no releeré ahora. Obviamente, ya ha transcurrido la primera quincena del año. Y tampoco se queda atrás. Volver a Barcelona, aterrizar en el curro tras el parón navideño, una cena belga con helado de cannabis, un vermut ravarelero de cuatro horas, una quedada de tulipanes y tarot, un proyecto de vida en Chile que supone un apoyo que se aleja, ratitos de rebajas, lanzarse en la Rambla del Raval, una frase, "sea lo que sea, pasará", escrita en la pizarra de un local, un lustro desde que dejé Zaragoza, el reencuentro con Alejandro Márquez (mi personaje teatral), sesión con la psicóloga, un día compartiendo con Sandra, una cena improvisada con periodistas, hablar por el móvil una hora desde la cama, seis horas domingueras con Fran, preguntar por mi sobrina y una posible firma de la pipa de la paz. Pero la vida no es Mr. Wonderful. De hecho, les daría una hostia. Y es que, a veces, la vida tra

Cinco de enero

Pasé por tercera vez la noche del cinco de enero en Barcelona. Y por segundo año consecutivo, el día de Reyes aquí con regalos traídos por adelantado. Y mientras tecleo este post, escucho a Cinco de enero, el grupo que ponía la música a la serie Física o Química  que emitió Antena 3 allá por 2008. Sí, otra época. Un previo a mi deseo de vivir en Barcelona que se materializó hará un lustro la próxima semana. Pero ese parón modo "algúndíaseréperiodista" me retuvo allá. Soy muy de fechas. Hoy, es 7 de enero. Y ha sido una tarde tranquila, con un café "aparte". Hace un año tomé un té "clandestino" y la jornada post Reyes se convirtió en una quedada carbonizada. Una historia al filo del abismo. Tal vez, el principio del fin pero escribiendo un punto y seguido. Un trimestre intenso que acabó justo antes de esos billetes a Vietnam. Más tarde, aprendí que "de un momento a otro todo cambia". Mañana, viernes. Y seguiré redecorando mi piso. Por cierto, en

Retorno

¿La Navidad bien o en familia? Sin tiempo para digerir que ya estoy de vuelta, que en 2016 ya he dormido por primera vez en Barcelona y que se ha acabado mi primera jornada laboral, tras diez días en mañolandia. Un record desde que vivo aquí. Tocaba volver pero lo hice en Blablacar. Siempre hay una primera vez, y la pareja ALSA - AVE está ya más que caducada. Con la garganta destrozada gracias al cielo invernal e infernal de mi tierra y esa niebla que hacía que la basílica del Pilar fuera sólo imaginable. Con la garganta destrozada también después de charrar y recibir jugosos titulares de mi entorno; de los de siempre y de aquellos que el factor tiempo no me permite ver tanto. Además de visitar el supermercado de la justicia zaragozano (también en Navidad, trabajador social), compartí y descubrí cafés mientras me contaban la obsesión por ser madre, una relación terapéutica, un posible retorno al otro lado del charco o una ruptura de pareja el día anterior a acabar el año. Pero también